La calidad del aire interior
Todo lo que nos rodea en el interior de la vivienda, está revestido con distintos acabados; la superficie más grande corresponde a paredes y techos. Las pinturas crean ambiente, definen espacios y, en definitiva, aportan color a la vida.
A la hora de escoger una pintura, nos centramos habitualmente en cuestiones estéticas y funcionales.
Sin embargo, la elección de un determinado tipo de pintura implica muchos otros aspectos no menos importantes que a menudo no son tenidos en cuenta.
Las características y la composición de la pintura pueden influir en la calidad del aire interior, en nuestro confort e incluso en nuestra salud.
Existen normas para prácticamente cualquier aspecto de la construcción, pero no para la protección de la salud de sus habitantes. A día de hoy se siguen publicando estudios que confirman que el aire del interior de nuestras viviendas está varias veces más contaminado que el que respiramos en el exterior.
Teniendo en cuenta que pasamos el 90% del tiempo en espacios cerrados, no es de extrañar que una mala calidad del aire interior tenga efectos sobre la salud: aumenta constantemente el número de personas que sufren alergias, dolor de cabeza, problemas respiratorios o fatiga – todo ello son reacciones de nuestro organismo que en muchos casos están directamente relacionados con sustancias nocivas presentes en el aire interior.
Mientras que existen normas de protección laboral que limitan las emisiones permitidas, no existe ningún tipo de control en espacios habitados por niños, ancianos o personas enfermas, más vulnerables a esta problemática.
El “síndrome del edificio enfermo”, reconocido por la Organización Mundial de la Salud, afecta alrededor de un tercio de todas las edificaciones. La OMS diferencia entre causas biológicas (p.e. moho y otros microorganismos), físicas (humedad ambiental, electromagnetismo) y químicas. Uno de los causantes principales de esta última son las pinturas. Y entre éstas, la cantidad más grande corresponde a la pintura aplicada en paredes y techos.
SOSTENIBLE – ECOLÓGICO – SANO
Estas palabras no pueden faltar en la publicidad de los fabricantes de pintura. Conviene incidir en el significado de cada una de ellas para evitar su uso indiscriminado, o la confusión del consumidor.
Un producto es SOSTENIBLE si permite satisfacer las necesidades actuales sin afectar a las generaciones futuras.
El carácter ECOLÓGICO se basa en el cuidado y la protección del medio ambiente, durante todo el ciclo vital del producto: desde la obtención de las materias primas, en la aplicación, durante el uso y al eliminar sus residuos.
Finalmente, una pintura SANA no contiene ni libera sustancias que puedan afectar a la salud del usuario.